El día a día del transportista de mercancías

Entre las personas que se dedican a la logística y, más concretamente, al transporte de mercancías, hay que destacar la figura del transportista como profesional de la carretera, lugar en el que pasa la mayor parte de las horas del día. Estas personas realizan un trabajo duro e indispensable, que no siempre es reconocido en proporción al esfuerzo invertido.

Ya sea transporte internacional o nacional, el transportista de mercancías afronta largas jornadas de trabajo en su hábitat natural: la carretera. Conductores con mayúsculas que forman parte de la piedra angular del negocio de la logística. El profesional, conocido comúnmente como camionero, vive por y para su camión, en el que puede llegar a pasar varios días entre la salida y la vuelta a su hogar.

Por suerte, los camiones han evolucionado y cuentan con sistemas de confort, adaptados a los tiempos modernos para lograr que, en la medida de lo posible, la vida y el trabajo del camionero sean cómodos y prácticos. Estos grandes monstruos de la carretera, de casi 20 metros de largo y una insaciable sed de combustible, llegan a almacenar en sus depósitos hasta más de 1.300 litros de gasóleo. Su carga habitual, que puede alcanzar las 40 toneladas, se encuentra lejos de las capacidades de los contenedores de transporte marítimo, pero es esencial para el abastecimiento diario de ciudades enteras.

Una vez en su cabina, el transportista se dispone a devorar un sinfín de kilómetros que separan el punto de partida de su destino, con el recuerdo, siempre presente en la mente, de aquellos que deja en su hogar y que, con alegría, celebrarán su llegada.

Grandes profesionales, que ven como los nuevos intereses del mercado laboral relegan a un segundo plano al conductor autónomo, que tiene que ajustar su ingenio y ganancias, si quiere competir con las grandes empresas.

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