La “unión” de las carreteras de Europa, ¿igual de beneficiosa para todos?
La Comisión Europea actúa, motivada por las peticiones de los diferentes Estados miembro, para establecer una política común que solvente las diferencias existentes entre las distintas políticas nacionales. Pese a ello, la polémica no ha desaparecido.
Las medidas no han sido muy bien recibidas, ya que pese a buscar una armonización del sector del transporte por carretera, han provocado un sentimiento de marginación hacia los llamados Estados periféricos.
La prohibición de los descansos semanales en cabina, la vuelta a casa obligatoria cada tres semanas, la eliminación del número máximo de operaciones de cabotaje en un periodo de cinco días y cambios en el salario mínimo son algunas de las medidas más controvertidas.
Con respecto a los temas de mayor calado, se esperaban modificaciones importantes. Los cambios afectan a los tiempos de conducción y descanso, con una cierta “flexibilización” cuyo objetivo primordial es facilitar la vuelta a casa y evitar en la medida de lo posible los descansos en cabina, sobre todo en periodos regulares prolongados.
La Comisión establece que se puedan tomar dos descansos semanales reducidos para ruta de 24 horas, para un periodo de cuatro semanas, siempre y cuando se compensen las horas restantes en el siguiente descanso semanal normal. La más sorprendente de las novedades es que la Comisión se inclina por prohibir el descanso regular de 45 horas en la cabina del camión, estando obligado el empresario transportista en buscar otro lugar de descanso, siempre que no pueda planificarse la vuelta a casa para realizar este descanso. De cualquier manera, esta vuelta a casa será obligatoria cada tres semanas, un hecho que afecta de forma directa al envío de mercancías de gran recorrido.
Otra medida que ha creado polémica es el límite de 3 días para empezar a aplicar las condiciones salariales del país donde se encuentre el transportista si son más ventajosas que las que le ofrecen la empresa que le contrató. La Comisión propondrá la aplicación del salario mínimo para los transportistas desplazados en otro país de la UE, cuando el transportista esté más de tres días en un periodo de un mes en ese país, durante un servicio de transporte internacional.
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha manifestado su disconformidad al comprender que este planteamiento actual perjudica a los países periféricos como España, cuyos transportistas necesitan más tiempo y asumen más costes para cruzar Europa, lo que dificulta enormemente encontrar presupuestos competitivos para el tejido empresarial español (PYMES) que recurren a grupajes en la mayoría de los casos, buscando así el envío de cargas con el precio más barato posible.
El ministro español ha hecho especial hincapié en el daño que se producirá si no se permite un "margen de días suficiente" para poder realizar determinado número de operaciones, con las que conseguir un "retorno" económico para paliar los costes del desplazamiento en el transporte de mercancías desde los países más alejados, como es el caso de España.
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