Las futuras autopistas ferroviarias

¿Se imaginan circulando a un tren repleto de camiones? Puede parecer broma, pero la realidad nos muestra que no es una cosa que sea lejana. Comienzan a estudiarse las medidas a crear para hacer viable el nuevo modelo de transporte de mercancías, que buscan paliar una serie de problemas relacionados con la fluidez del tráfico en las carreteras. 

España y Francia estudian la posibilidad de establecer un acuerdo que aumente el volumen del tráfico de mercancías por tren, haciendo subir a camiones en trenes de transporte. El principal motivo que aluden estos gobiernos es el de diversificar los modelos de desplazamiento del sector del transporte, muy acaparado por el transporte marítimo y el transporte por carretera. Una diferencia abismal, que las administraciones de ambos países quieren acortar para hacer más competitivo el transporte de mercancías por trenes.

Entre las medidas a estudiar se encuentra, principalmente, la repercusión en el coste final del transporte. Por un lado encontramos un ahorro de significativo de combustible para nuestros transportistas, que solo tendrán que efectuar el desplazamiento desde el almacén o punto de recogida hasta la infraestructura ferroviaria competente, y tras haberse efectuado el desplazamiento, desde la estación de llegada hasta el punto de entrega. 

Por otro lado, habría que analizar los costes derivados de la subida del camión al tren así como del coste que supone mover tal volumen de mercancías por las vías ferroviarias. No resultaría atractivo si no se consiguen superar los precios competitivos del transporte de mercancías por carretera.

Se pretende orientar este nuevo modelo hacia el transporte internacional, ya que es el que mejor podría optimizarse debido a las grandes distancias y volúmenes característicos. Con la creación de autopistas ferroviarias se lograría el objetivo de liberar de un importante volumen de tráfico a las carreteras nacionales que cruzan todo el territorio.

Las empresas podrían beneficiarse de un transporte más barato y rápido que conllevaría un suministro más eficiente y eficaz. Los transportistas, por su lado, cambiarían en gran medida su rutina laboral, ya que la mayor parte de la distancia del envío sería efectuada por un tren. 

La logística sería ahora el gran reto al que enfrentarse, ¿es posible conseguir la misma flexibilidad que caracteriza el envío de mercancías por carretera?

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