Los códigos QR cada vez son más populares desde que se crearon en 1994, momento desde el que nos llevan acompañando y siendo una parte casi imprescindible de la logística tal y como la conocemos hoy en día.
Índice:
Del mismo modo que los códigos de barras, los códigos QR sirven para facilitar las labores de almacenamiento, ayudando a los operarios a realizar el inventario más rápido y contar con una trazabilidad completa de los productos, lo que significa que se puede hacer un seguimiento ajustado de los artículos por cada uno de los procesos por los que pasan en la cadena de suministro.
Pero, ¿qué es exactamente un código QR?
Las siglas QR hacen referencia a Quick Response en inglés, lo que se podría traducir al español como “respuesta rápida”. Por tanto, los códigos QR son un sistema de codificación creado para que pueda leerse con la mayor rapidez posible.
Dichos métodos se encargan de llevar a cabo el almacenamiento de diferentes clases de datos: códigos numéricos, texto, enlaces e incluso pequeños archivos binarios. Tienen un límite de 3KB.
Como hemos comentado, al igual que los códigos de barras, un código QR es el encargado de almacenar y reunir cierta información sobre un determinado producto o actividad. La diferencia es que los códigos QR son capaces de almacenar y mostrar esa información a través de un dispositivo con un lector específico para este tipo de códigos e inmediatamente tendremos acceso a la información.
Para leer o ver esta información, leeremos el código QR con el dispositivo y automáticamente nos aparecerá un enlace en el que debemos clicar (normalmente se dirigen a una web, mapa, etc.,) para acceder a dicha información.
En este sentido, los principales usos de los códigos QR son:
Los códigos QR están compuestos por códigos rectangulares con cuadraditos pequeños blancos y negros, a los que se les llama módulos.
De esta manera, la estructura de un código QR sería de la siguiente manera:
El más habitual es el “Model 2”, que es una versión mejorada del modelo inicial elaborado por Denso Wave. Sin embargo, hay diferentes clases de códigos QR:
Los códigos QR y códigos BIDI son aparentemente similares, por lo que es habitual confundirlos, pero cuentan con bastantes diferencias. En primer lugar, el código BIDI es de naturaleza cerrada, lo que significa que hay que pagar por usarlos, al contrario de lo que ocurre con los QR.
Por su parte, el código QR es un estándar internacional (ISO/IEC 18004) y es de código abierto, es decir, cualquiera puede usarlo sin tener que pagar por ello, puesto que su creador ha decidido no ejercer sus derechos de patentes. Este factor de gratuidad ha provocado que los códigos BIDI estén cada vez más obsoletos.
En resumen, los códigos QR y los códigos BIDI son tecnologías similares que permiten almacenar y compartir información de forma rápida y eficiente, aunque tienen algunas diferencias en cuanto a diseño, capacidad de almacenamiento, lectura, aplicaciones y seguridad.
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