Actualmente, para llevar a cabo una buena gestión de la cadena de suministros de nuestra empresa debemos tener herramientas que nos permitan medir el desempeño de la misma tanto en lo referido al abastecimiento de mercancías como en la producción y distribución.
La administración de inventarios es el proceso de gestionar y controlar el stock de una empresa. Es una parte esencial de la cadena de suministro y puede tener un impacto significativo en los costes, la eficiencia y la rentabilidad de una empresa.
Llevar una correcta administración de inventarios de todos los productos que maneja una empresa es vital para determinar el éxito o el fracaso de las operaciones que se realizan en el negocio, especialmente los de retail, es decir, aquellos que se dedican a comercializar una gran cantidad de productos o servicios para un gran número de clientes. En estos casos, suelen darse dos situaciones completamente contrarias.
Antes que nada, existe la posibilidad de que una determinada tienda o punto de venta no cuente con cierto producto que está solicitando un cliente, es decir, falta de stock, con lo que probablemente el cliente desista de su compra y vaya a buscar ese producto a otro establecimiento (competencia). De esta forma, estaremos perdiendo a un cliente que, además, probablemente no vuelva a comprar en nuestra empresa puesto que no encontró lo que buscaba y no se llevará una buena imagen, sino que puede ser que incluso vuelva a realizar una compra a la competencia.
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Por otra parte, puede ocurrir también que se disponga de un exceso de stock en relación con la poca demanda de ese determinado producto, de forma que estaremos invadiendo un lugar innecesario de almacenamiento que podría estar destinado a otros productos o artículos que se demanden en mayor medida.
Los indicadores de gestión de inventarios son una parte fundamental en la cadena de suministro puesto que estas herramientas, utilizadas apropiadamente, nos permiten realizar una reducción en los costes.
Por tanto, implantar unos indicadores de rendimiento nos va a dar la posibilidad de conocer el estado real de nuestra logística y, de esta manera, dejar atrás las dudas o suposiciones que nos puedan surgir respecto a este tema.
En el momento de escoger los indicadores correctos para nuestra empresa, es necesario que conozcamos perfectamente cuáles son los costes de los que tendremos que hacernos cargo, así como la eficacia con la que llevamos a cabo nuestros procesos (rendimiento interno) así como qué servicio das a tus clientes (rendimiento externo). Ambos rendimientos son necesarios para contar con una imagen detallada y verdadera.
Algunos de los más frecuentes y distintivos son los siguientes:
Este indicador de administrador de inventarios sirve para saber la velocidad a la que se mueve la mercancía por nuestros almacenes, es decir, cuántas veces se ha renovado el inventario de nuestro almacén. Se calcula dividiendo las ventas totales obtenidas entre la cantidad de producto que tenemos almacenado.
Si este cálculo da como resultado una rotación baja significará que necesitaremos que el producto esté almacenado durante más tiempo, hasta que lo vendamos o hasta que tenga que ser utilizado o transformado. Por el contrario, si resulta una rotación alta, significará que estamos teniendo menores costes de almacenamiento y, por tanto, esta situación nos reportará un beneficio.
El nivel de rotación es un indicador importante en la gestión de inventarios, ya que permite a las empresas monitorear la eficiencia en la gestión de sus inventarios y tomar medidas para mejorar su eficiencia.
En general, el nivel de rotación de inventarios es una métrica importante para la gestión de inventarios, ya que ayuda a las empresas a determinar la cantidad adecuada de inventario que deben mantener en función de la demanda del mercado y su capacidad para vender sus productos. Una gestión eficaz de inventarios puede ayudar a las empresas a maximizar sus ganancias y minimizar los costos asociados con el almacenamiento y la obsolescencia de inventarios.
Expresa la cantidad de mercancía que está lista para ser utilizada con respecto al total de mercancía almacenada. Se calcula en forma de porcentaje en función del total de unidades con las que contamos. Este porcentaje se multiplica por el valor económico y obtendríamos nuestra disponibilidad de stock.
Si en este resultado obtenemos una disponibilidad de stock baja, puede existir la posibilidad de que contemos con unas condiciones de almacenamiento deficientes o sobre un nivel de rotación bajo, lo que desencadenará en un deterioro de los productos.
Es muy importante tener una constancia con el control de gestión de inventarios sobre la cantidad de veces que sufrimos un fuera de stock en tu empresa, ya que esto denotará la relación existente entre la demanda que tenemos y cuánta cantidad de producto tienes que tener en un determinado momento.
No obstante, un excedente de stock es tan perjudicial como no contar con un stock de seguridad, ya que las consecuencias que puede producir una rotura de stock son mayores de lo que solemos creer.
Cuanto mayor resulte la suma, supondrá que tenemos un mayor valor estancado esperando para ser rentabilizado. Esto supone que si el precio de nuestro inventario es demasiado elevado, es posible que tengamos problemas de solvencia y/o indicarnos que no se están realizando las ventas que necesitamos para no sufrir pérdidas.
Si en un momento dado, tenemos algún problema y dejamos de recibir mercancía este indicador servirá de ayuda para saber el número de días para el que tendremos un stock suficiente para abastecer la demanda. Es muy útil a la hora de gestionar los procesos de compra, los flujos de mercancías y los márgenes de seguridad en el stock.
La importancia de la cobertura del stock radica en que ayuda a las empresas a tomar decisiones informadas sobre la cantidad de inventario que deben mantener en stock para satisfacer la demanda del mercado. Si la cobertura del stock es demasiado corta, una empresa podría quedarse sin inventario y perder ventas. Por otro lado, si la cobertura del stock es demasiado larga, la empresa podría incurrir en costos adicionales de almacenamiento y financiamiento.
Este indicador de gestión de inventarios nos permite conocer si nuestros pedidos están compuestos de muchas unidades de una sola referencia o si, por el contrario, están compuestos por muchas referencias distintas, pero con pocas unidades de cada una de ellas. Es decir, nos permite conocer cómo son nuestros pedidos.
Señala el espacio que estamos usando de nuestro almacén en relación con el total del que disponemos. Como se puede intuir, un porcentaje de utilización demasiado bajo será negativo, ya que estaremos desaprovechando espacio útil. Pero un porcentaje de utilización muy alto también resultará negativo para nosotros puesto que esto significará que estamos destinando lugares no apropiados para el almacenamiento de las mercancías.
Además, debemos contar siempre con un margen respecto a nuestra capacidad total para poder hacer frente a posibles incrementos imprevistos de la mercancía o ante la acumulación de los picos estacionales.
Este es uno de los indicadores de rendimiento más importantes para la correcta gestión del inventario. Se calcula partiendo el número de envíos que realizamos y cruzándolos con las devoluciones que recibimos. De esta manera, podemos identificar los problemas que pueden resultar durante la preparación de los pedidos.
También es muy importante hacer un seguimiento para conocer las causas de las devoluciones y dónde reside el problema.
Es importante destacar que el ratio de devoluciones debe ser evaluado en conjunto con otras métricas del control de inventarios, como el nivel de rotación de inventario y el margen de beneficio, para obtener una imagen completa del rendimiento de la empresa.
Los pedidos perfectos son aquellos que no presentan ningún tipo de problema desde su producción hasta su puesta a disposición del cliente final (cumple con los plazos de fabricación y de entrega, mercancía en perfecto estado y concordancia en cantidades, etc.).
Este indicador resulta muy útil y representativo ya que el número de pedidos perfectos suele ser inferior a lo previsto por la empresa.
Puede darse el caso de que veamos que nuestro stock es insuficiente para realizar el pedido completo, por lo que, solo podremos cubrir la demanda de una parte del pedido. A veces, es posible realizar un envío parcial, proporcionando una parte de la mercancía ahora y el resto cuando dispongamos de ella, pero es importante tener un registro de cuántas veces ocurre este supuesto.
El control de inventarios de pedidos incompletos es fundamental para garantizar la satisfacción del cliente y la eficiencia operativa.
Para gestionar pedidos incompletos de manera eficiente debes identificar los pedidos incompletos, comunicárselo al cliente de inmediato y ofrecerle una solución, priorizar los pedidos en función de su importancia y urgencia, resolver las causas subyacentes para evitar futuros pedidos incompletos, actualizar el inventario y realizar un control de calidad, completar los pedidos y asegurar su rápida entrega, realizar un seguimiento y recopilar retroalimentación de los clientes y analizar los patrones para mejorar tus procesos de forma continuada.
Este indicador es necesario para medir nuestro porcentaje de envíos perfectos y de igual manera, saber si tenemos un problema respecto a este aspecto.
Recepcionar la mercancía igualmente es un aspecto que debemos tener en cuenta para poder gestionar de manera adecuada nuestro inventario ya que nos ofrece muchos valores que debemos medir como, por ejemplo, el espacio que necesitamos para realizar nuestras operaciones, la cantidad de mercancía que descargamos al día, el tiempo que pasa desde que una mercancía llega hasta que es descargada, etc.
Este indicador hace referencia a nuestra eficiencia, estableciendo para su estudio diversas métricas que nos pueden servir de ayuda como el coste que nos supone cada línea de pedido, cuántos pedidos realizamos en una hora, cuál es el gasto que nos supone la mano de obra, etc.
También debemos estudiar la eficacia que nos reportan nuestros proveedores y colaboradores en general. Conocer si cumplen con los requisitos estimados por nosotros, cuáles son los mejores proveedores y cuáles los peores, etc. Todos estos factores nos ayudarán a decidir a quién escoger y en qué momento hacerlo.
En lo referido a este indicador, debemos establecer algunas métricas que contribuyan a la determinación del número total de referencias que utilizamos, así como el número de ellas que se encuentran presentes en nuestro almacén respecto al total ofertado de las mismas.
Asimismo, el almacenaje de la mercancía supone también la depreciación o pérdida de valor de esta. Por lo que, debemos tener un registro de la cantidad de valor que perdemos debido a los artículos que caducan, que pasan de temporada o que han estado almacenados durante un determinado tiempo y no han sido vendidos.
Finalmente, es de vital importancia conocer el coste que nos supone realizar estos procesos, es decir, cuánto tendremos que gastar para almacenar la totalidad de nuestro inventario. Esto supone costes de mano de obra, instalaciones, maquinaria, alquileres, seguros...
Una vez obtenido este presupuesto, lo utilizaremos para conocer el coste a invertir por cada espacio disponible de palé, por cada kg que gestionemos, etc.
Estos son solo algunos ejemplos de indicadores utilizados en la gestión de inventario. La elección de los indicadores específicos dependerá de los objetivos y las necesidades de la empresa y es importante adaptarlos a las características y los desafíos particulares de cada organización.
La gestión de inventarios es un componente clave en el éxito operativo de cualquier empresa. Una gestión eficiente de inventarios no solo garantiza la disponibilidad de productos para satisfacer la demanda del cliente, sino que también reduce los costos asociados al inventario. Implementar estrategias adecuadas, aprovechar la tecnología y mantener una comunicación efectiva con los proveedores son pasos fundamentales para optimizar la gestión de inventarios. Al hacerlo, las empresas pueden mejorar su eficiencia operativa, maximizar la satisfacción del cliente y obtener una ventaja competitiva en el mercado.
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