Transporte y embalaje: ¿Qué es? ¿Qué tipos de embalaje hay?

Hay un elemento que no suele tenerse en cuenta a la hora de tomar la decisión de exportar productos a nuevos mercados internacionales, el cual, garantiza la correcta realización del pedido como es un embalaje adecuado para el transporte.

El embalaje es: todo lo que se requiere en lo referido a adaptar los productos para concentrarlos en un mismo sitio y preservarlos de forma temporal, reflexionando en su manipulación, traslado y almacenaje.

En este sentido, la calidad de la carga no varía y sigue a salvo. Para gran parte de los negocios su producto es lo más importante. Una correcta protección de la mercancía ayuda a que llegue en perfecto estado al consumidor, lo cual ayuda a reducir el número de devoluciones y consecuentemente reduce las pérdidas de cualquier compañía.

proceso de embalaje

Además, según la normativa y la política de los seguros de las empresas de transporte, la mercancía debe de ir correctamente embalada para que en caso de rotura o golpes el seguro cubra los daños ocasionados. Hay un amplio número de cargadores desconoce dicha información y mandan en numerosas situaciones sus artículos en recipientes de baja calidad o directamente sin ninguna clase de packaging o embalaje.

A lo largo del traslado, el embalaje protege la mercancía de diversos riesgos: mecánicos, climáticos, almacenaje, manipulación, robos y contaminaciones.


Funciones del embalaje en el transporte

  • Preservación de la mercancía: entretanto perdure el traslado y almacenamiento de los productos.
  • Identificación: proporciona datos relevantes sobre las propiedades o cualidades del artículo y la forma de maniobra realizada, disminuyendo la posibilidad de desgaste o extravío.
  • Manipulación de los productos: facilita el conteo, la distribución y el transporte de los materiales de embalaje y paquetes.
  • Mejora de la imagen de la marca: al utilizar envases y etiquetados atractivos estarás creando una imagen positiva de tu sello para el consumidor final, de manera que provocas la compra del producto y conformas una buena reputación de la marca.

El embalaje es muy distinto al envase. Mientras que el embalaje se fundamenta en el procedimiento para disponer la carga de la forma más segura en el traslado o almacenamiento y está enfocado sobre todo al sector de la logística. Por otra parte, el envase es el recipiente en el que va directamente el producto, protegiéndolo y realizando a su vez la presentación comercial de la mercancía. Está, sobre todo, enfocado a las tareas de marketing.


Tipos de embalaje en el transporte


Según la estrategia utilizada

Cabe destacar que las estrategias de envases y embalajes que disponen las empresas pueden establecerse de distintas maneras dependiendo de lo que queramos conseguir:

  • Embalajes iguales: estos se establecen para los artículos que pertenecen a la misma línea, de manera que los clientes lo vinculen a ella y puedan identificar el producto de manera sencilla.
  • Embalajes reutilizables: una vez que se termina el producto que tenían dentro, contamos con la posibilidad de volver a utilizar el envase de los productos con otros fines. Un ejemplo sería la marca Nutella y sus famosos tarros que podían reutilizarse como un vaso o como un recipiente para la cocina.
  • Embalajes múltiples: estos son los que ofrecen varias unidades, idénticas o complementarias con un precio inferior que si las comprásemos por separado. Normalmente se utiliza para presentar promociones o también en regalos que justifiquen el elevado coste. Por ejemplo, los perfumes que suelen vender agregando otro artículo de la misma línea como un perfume en tamaño viaje o un desodorante, etc.

Según la mercancía transportada

Hay tres categorías dentro de la estructura del embalaje: así, podemos segmentarlo en primario, secundario y terciario.

  • El embalaje primario: es el que mantiene un contacto directo con el artículo.
  • El secundario: contiene uno o varios empaques primarios.
  • El terciario: es el que reúne al primario y secundario en un contenedor para su protección durante el proceso de distribución.

Según el material

tipos de embalaje

Dependiendo de las necesidades del artículo, nos encontramos con distintos materiales de embalaje ideales para cada mercancía:

  • El embalaje de papel se usa como recubrimiento de envoltorios que pueden ser cajas hechas con cartón, bolsas o tarros. Está enfocado a la defensa del producto de factores externos, (la luz, el polvo, parte de la humedad del ambiente, manchas.) Es un componente 100% natural, adaptable y sólido si lo comparamos con otros tipos de papel, gracias a la conservación de la fibra natural de la madera.
  • El embalaje de plástico presenta una gran protección frente a posibles deterioros que los productos puedan sufrir durante su trayecto, a la vez que se disminuye el coste del envío gracias a la agilidad de sus materias. Se utilizan en los transportes logísticos de ida y vuelta porque se puede manipular y enviarlo otra vez las veces que lo necesitemos.
  • Para envíos pesados o a medida para productos que requieren una protección especial, están los embalajes de madera.

Según la función que desempeñen

Asimismo, podemos clasificar los embalajes según la función que lleven a cabo:

  • Palets.

    Los palets son plataformas utilizadas para transportar mercancías. Su principal función es la de asegurar y conservar la mercancía, facilitando el movimiento de varias mercancías, agrupándolas para realizar el proceso de almacenamiento o distribución.

  • Contenedor.

    Los contenedores o containers se usan fundamentalmente para el comercio multimodal, es decir, tanto terrestre, como marítimo o aéreo. Cuentan con gran capacidad de carga debido a sus elevadas dimensiones.

  • Bolsas grandes.

    Las funciones que desempeña este tipo de embalaje no es otro que el de transportar la mercancía, para su posterior almacenaje o distribución. La principal ventaja que presenta es su precio, puesto que suelen ser bastante económicas.

  • Sacos.

    Suelen estar creados a partir de diferentes capas que se cierran una vez que hemos llenado la capacidad total del saco. Lo más común es que estén fabricados con papel o materiales similares, que sean flexibles tales como el plástico o la tela.

  • Espuma de polietileno.

    Las hojas de espuma de polietileno cuentan con una gran protección debido a sus características de amortiguación. Suele utilizarse para proteger objetos de poco peso.

  • Plástico de burbujas.

    Las burbujas de este papel contienen aire comprimido que amortigua los golpes y permite una buena protección para los productos ligeros o frágiles. Igualmente, es un material flexible que permite adaptarse a la forma de los productos de forma fácil.

  • Bolsas inflables.

    Estas bolsas de embalaje inflable se llenan de aire a presión con el objetivo de asilar los productos embalados de la temperatura exterior y ayudando a mantener la del interior de la caja o recipiente en el que va el producto.

  • Espuma moldeable.

    La espuma moldeable tiene la capacidad de adaptarse a la forma del producto, reforzando las esquinas y protegiendo los bordes de la mercancía. Se suele usar para mercancías que deben estar fijas en el embalaje, por lo que se necesitan materiales para rellenar.

  • Espuma moldeada.

    Esta es la que conocemos como "esponja".

  • Cajas modulares.

    Estas son aquellas cajas de cartón que pueden meterse unas dentro de otras debido a su diferencia de tamaño, proporcionando una mayor protección en la mercancía.

  • Siluetas angulares.

    Se encargan de proteger las esquinas de mercancías como muebles, puertas, etc., de posibles daños por la fricción en el traslado que puede suponer golpes en la mercancía.

  • Cartón corrugado.

    Estas son las láminas de cartón que pueden ser sencillas o dobles y se colocan en el espacio sobrante entre el artículo y el contenedor para evitar golpes.

Láminas de cartón corrugado

Muchas mercancías viajan con un embalaje que no es apropiado, incluso escaso en tramos no solo nacionales, sino también internacionales. Esto se debe habitualmente porque las empresas que producen sus productos, se centran en el producto, el mercado, sus clientes y competidores, y no suelen consultar con su departamento logístico las posibilidades de que los clientes reciban sus mercancías en los plazos y formas acordados.

La falta de previsión es uno de los problemas. Cerrar acuerdos con clientes sin verificar que los plazos y formas son posibles, o si el embalaje es el correcto y adecuado.

Una vez cerrado con el cliente los pedidos, las empresas hacen la elección de un socio de transporte o logística según el caso; lo seleccionan entre los proveedores habituales o los que llegan tocando a su puerta para ver si le garantizan el tránsito de su mercancía. En muchas ocasiones, no es posible garantizar algunas exigencias de las que los clientes piden, aun así también es habitual que los comerciales de las empresas de transporte acepten esa exigencia, sabiendo que no se cumplirá.

La falta de previsión se topa con el tipo de palet o su embalaje; mercancías poco o mal embaladas, o con unas dimensiones fuera de lo habitual que necesitan otro tipo de vehículo. 

Hay mercancías que no necesitan embalaje las que son exportadas a terceros países (fuera de la UE) por vía aérea o marítima, suelen ser embaladas con cajas de madera, hechas a propósito para esos envíos. Estas expediciones no suelen dar problemas a la hora de enviarlos, ya que dichas empresas son conscientes de la necesidad de un embalaje consistente y fuerte para soportar movimientos bruscos que ocasionan el transporte por barco o avión.

 El inconveniente suele ser en mercancías generales, donde el cliente cree que el embalaje no es tan importante cuando se trata de un punto esencial para la protección de la mercancía transportada, así como seguro para el personal que manipula esa mercancía en las labores propias de la cadena logística (carga, transporte, descarga).

Es aconsejable utilizar embalajes con materiales correctos, para que la mercancía quede protegida y pueda soportar presiones de movimiento o impactos.

Los embalajes de algunos tipos de mercancías deben ser homologados y ambientalmente sostenibles.

Hay empresas que utilizan embalajes “retornables”, viajan con mercancía y después son devueltas a su origen totalmente vacías para volver a ser transportadas.

La clave para disminuir la posibilidad de roturas, y entregar a tu cliente la mercancía en las mejores condiciones es un buen embalaje fabricado a partir de los materiales indicados.


Cómo elegir el embalaje perfecto

Evaluar la mercancía

Lo primero será tener en cuenta el tipo de mercancía del que se trata para poder elegir el embalaje que más se adapte a sus necesidades(papel, cartón, madera). Esto significa que tendremos que valorar aspectos como su peso, sus dimensiones, su fragilidad, el medio de transporte, etc, es decir, todas las particularidades que puedan derivar en la elección de un material u otro para el embalado. En este sentido, un producto frágil o muy valioso deberá embalarse con una protección adicional, al igual que ocurre con los productos de características especiales como los líquidos o cosméticos que necesitan sus propios envases y embalajes especiales para evitar derrames y favorecer la conservación de la mercancía.

Embalar correctamente la mercancía

Como vendedor eres el responsable de empaquetar la mercancía adecuadamente y de forma correcta además de asegurarte de tener un buen envase para tu artículo. Sigue nuestros consejos y no permitas que tu mercancía llegue así:


embalaje y transporte


Como vendedor tiene dos opciones:

  • Proteger el artículo con lo básico y esperar que no se produzca ningún desperfecto en el envío para aumentar tus ganancias.
  • Proteger el producto cuidadosamente para conseguir una protección superior y asegurar que el transporte no se produzca ningún daño, reduciendo el margen de ganancias.

La primera opción es la más extendida porque no tiene casi gastos de embalaje, como reclamaciones de clientes, malas opiniones en redes sociales, devoluciones…al final, un embalaje escaso sale más caro que la falta del mismo.

Las bolitas de corcho, papel, bolsas de aire, foam, etc son opciones que pueden servir para el embalaje.

Es importante que la caja se mantenga cerrada.

Para el precinto o cinta adhesiva existen distintos tipos:

  • Precinto acrílico: cajas de plástico o cartón hasta 20 Kg
  • Precinto solvente: es la mejor opción calidad/precio para cajas de hasta 40 Kg
  • Precinto PVC: es el todo terreno de los precintos, pero con un coste elevado en comparación a los otros.
  • Precinto “Muy Frágil” es una buena opción para advertir que el producto del interior de la caja es frágil

Fundamental una vez realizado su embalaje, debemos poner etiquetas identificativas, en los lugares de más visibilidad de la caja, al menos dos.

Sellar el embalaje

Para el sellado del embalaje debemos utilizar cinta adhesiva de una dimensión de 48 mm de ancho como mínimo y debe ser sensible a la presión. Dicha cinta suele estar fabricada en polipropileno, vinilo o papel reforzado con fibra que son materiales destacados por su resistencia y durabilidad. Se deben evitar las cintas que estén fabricadas con papel de estraza o cintas de celofán, cuerdas, o cualquier material que tenga la suficiente resistencia para proporcionar más seguridad al empaque. Como recomendación, para sellar bien las mercancías se suele usar el método H, es decir, cerrar todos los lados superiores y la parte central para reforzar la parte interior y el centro del paquete.

Etiquetar el paquete

Siempre es muy importante que etiquetemos correctamente el embalaje, puesto que en caso de que se extravíe es la única información que va a aparecer sobre la procedencia o destino de la mercancía. Además, el etiquetado sirve para diferenciar aquellos productos muy frágiles o que necesitan de un tratamiento especial a la hora del transporte. Por todo ello, el etiquetado debe ponerse en la parte superior del paquete y ser completamente visible y legible.


Consideraciones que hay que tener en cuenta para embalar

Todos los envíos que se realizan deben estar cubiertos por un seguro obligatorio de la propia compañía de transporte, que cubra la mercancía en caso de producirse algún desperfecto en el envío, aunque generalmente, este seguro no sea capaz de cubrir la totalidad del coste del material.

Es una buena opción para añadir un seguro adicional en la propia compañía de transportes, y más, en caso de que sea un producto que se pueda romper fácilmente.


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