El efecto látigo en la cadena de suministro

El "efecto látigo" proveniente de su acrónimo en inglés "bullwhip effect" consiste en un fenómeno conocido en el ámbito de la logística que trata los inconvenientes o desajustes que pueden tener lugar entre la demanda real y la demanda "estimada" de cada uno de los elementos personales que intervienen en la cadena de suministro. Por lo cual, el efecto látigo afectará tanto a los niveles de stock, como a los almacenes que actúan como intermediarios y, por supuesto, a los clientes en sus propias instalaciones.

Este efecto adquirió este nombre por su similitud con el funcionamiento de un látigo, es decir, un mínimo movimiento de muñeca es capaz de provocar grandes agitaciones en la punta. Por tanto, podemos deducir que los negocios en los que se origina el efecto látigo obtendrán pequeñas variaciones en su demanda que van a desencadenar en grandes fluctuaciones de sus inventarios en toda la logística de la empresa.

efecto latigo en la cadena de suministro

En consecuencia, se puede generar un aprovisionamiento de mercancías superior a la cantidad de demanda requerida. Esto quiere decir que tendremos mayor cantidad de stock del que podemos vender, por lo que los costes de almacenar las mercancías aumentarán considerablemente. Sin embargo, también existe la posibilidad de encontrarnos con una situación completamente inversa. En este caso, nuestra cadena de suministro no será capaz de abastecer los aumentos esporádicos de la demanda por falta de stock, de modo que perderemos ventas que teníamos aseguradas.

El efecto látigo en la logística

Comenzaremos explicando el inicio de este fenómeno, producido en 1961 a través la editorial del Massachusetts Institute of Technology (MIT), por Jay Forrester que introdujo en su libro Industrial Dynamics el término "bullwhip effect" o "efecto látigo".

En cuanto a lo que respecta a la logística y gestión de almacenes, el citado efecto se produce por la superioridad que existe en la demanda causado a través de los puntos de venta frente a la demanda real requerida por los consumidores finales. Esto quiere decir que, a medida que vamos ascendiendo en la cadena de suministro, la demanda ascenderá también debido a que en cada nivel se irán añadiendo unidades en el stock de seguridad y, por tanto, obtendremos unos mejores precios. Sin embargo, el suministro contará con demoras debido a los tiempos de espera realizados con el fin de acumular pedidos que cuenten con mayor volumen para reducir los costes de transporte.

Asimismo, iremos escalando eslabones de la cadena de suministro hasta llegar al productor o fabricante, que contará con una demanda incrementada de manera irreal, por lo que lo interpretará con un refuerzo en la producción para hacer frente a una supuesta demanda que, en realidad, es mucho mayor que de la que disponemos.

El efecto látigo se hace notar en todas las etapas de la cadena de suministro, en las que cada operario se ve obligado a llevar a cabo un incremento en los pedidos puesto que todos deben contar con stock disponible para que sea posible sacarles provecho. Esto quiere decir que empezaremos a notar los primeros problemas en la etapa de reposición y suministro de los productos de forma que se pueden esperar órdenes de mayor volumen y así disminuir los costes de movilización de los pedidos. De igual manera, el efecto hace que el fabricante pueda recibir una demanda excesiva de producto, lo cual va a desencadenar en un aumento de producción que no es necesario.

¿Qué causas provocan el efecto látigo?

La principal causa que da lugar al efecto látigo en las empresas, es la continua variación de la demanda, aunque no es la única que conduce a ello. Entre las más destacadas se encuentran:

  • Coordinación y comunicación escasa.

    Las personas responsables de la cadena de suministro suelen tener conceptos distintos sobre las cantidades necesarias de stock, lo cual generará desajustes en la misma.

  • Aprovisionamiento inflexible.

    Las estrategias de suministro de mercancías deben ser completamente manejables, por lo que el aprovisionamiento de mercancías en pequeños lotes con gran frecuencia es más beneficioso que el de grandes lotes.

  • Políticas de precios muy variadas.

    La política de precios debe ser lo más homogénea posible con el objetivo de amoldarnos al comportamiento de los consumidores y no al revés. De esta manera, nos estaremos adelantando a las variaciones de dichos precios.

  • Oposición al riesgo.

    Los encargados de realizar las compras son bastante reacios a los riesgos que ello conlleva, por lo que están obligados a tener cierta seguridad.

  • Estimación de la demanda poco resistente.

¿Cómo se puede reducir el efecto látigo?

Para aminorar en la medida de lo posible este efecto en nuestra empresa, debemos seguir diversos patrones que ayudarán a estimar de manera adecuada las variaciones de la demanda. Algunas de ellas son las que exponemos en el siguiente listado:

  • Aumentar la comunicación.

    En primer lugar, para la consecución de los objetivos dispuestos, debemos asegurarnos de que la comunicación por parte de los profesionales que intervienen en la cadena de suministro sea óptima. Con este fin, debemos integrar los datos que provienen de los diferentes niveles que conforman la cadena para que los responsables puedan emitir órdenes de compra contando siempre con la misma información.

  • Mayor agilidad.

    Las acciones logísticas deben concentrarse en la reducción del periodo de tiempo producido desde que se emite la orden de compra hasta que se recibe el pedido.

  • Lotes pequeños con mayor frecuencia.

    Como hemos comentado con anterioridad, es preferible escoger pequeños lotes que se entreguen con frecuencia dependiendo de las necesidades de los consumidores en ese determinado momento. A través de este funcionamiento, se generará una mayor flexibilidad que nos permitirá adaptarnos a las variaciones de la demanda que no esperábamos. Si, por el contrario, nos decidimos por grandes lotes, obtendremos descuentos por realizar compras de gran volumen, pero aumentaremos nuestro nivel de inventario de manera innecesaria.

  • Implantación de sistemas ERP.

    La información obtenida a través de los puntos de venta es vital puesto que ahí se encuentra la información sobre la que se van a realizar las previsiones. Por ello, existen los sistemas ERP que permiten obtener información fiable y segura que nos servirá para, posteriormente, hacer una estimación más precisa de situaciones que pueden realizarse en un futuro.

  • Precios coherentes.

    Es un error pensar que la relación entre las bajadas de precios y los incrementos en la demanda serán siempre directamente proporcionales, por lo que debemos anticiparnos siempre cuando llevemos a cabo descuentos que puedan influir en la demanda.


¿Cuáles son las consecuencias del efecto látigo?

El principal resultado son stocks de seguridad más grandes, lo cual supone una producción poco eficaz y/o un exceso de inventario, en el momento en que cada productor necesita que la demanda de sus clientes se complete en la cadena de suministro. Por consiguiente, esto produce que la utilización del canal de distribución sea baja.

Pese a que se cuente con stocks de seguridad, el problema de las acciones realizadas en la cadena de suministro desencadena en un mal servicio al cliente y, por tanto, una pérdida de ventas y beneficios. Además de las consecuencias financieras que el servicio al cliente y una mala imagen a ojos de los clientes supondrá, una organización se encuentra forzada a soportar las ramificaciones de cumplimiento fallido, las cuales pueden causar penas contractuales.

Por último, cabe destacar que la contratación repetitiva y el despido de empleados con el fin de orientar la variabilidad de la demanda, no va a suponer más que costes lejanos debido al entrenamiento y a los posibles lay-off (despido o suspensión temporal de un trabajador por razones comerciales, administración de personal o reducción del tamaño de una empresa).

Por tanto, el efecto látigo es un factor que afecta enormemente en la cadena de suministro de la empresa, por lo que, si conseguimos que dicha cadena fluya de manera óptima, influiremos tanto en los costes de producción de nuestros productos, haciendo que disminuyan significativamente, y conseguiremos un impacto directo en la imagen que percibe el cliente puesto que siempre encontrará stock del producto que busca. Para llevar a cabo esta optimización de nuestra cadena de suministro que permita reducir el efecto látigo debemos prestar atención a ciertos aspectos:

  • Fabricantes.
  • Distribuidores.
  • Puntos de venta.
  • Consumidor final.

En resumen, el efecto látigo en la cadena de suministro puede tener consecuencias negativas como inventarios ineficientes, problemas de calidad y servicio al cliente y relaciones adversas entre socios comerciales. Para mitigar estas consecuencias es importante implementar estrategias de gestión de la cadena de suministro, como el intercambio de información en tiempo real, la colaboración estrecha entre los actores de la cadena y la implementación de sistemas de planificación y pronóstico más avanzados. Además, la implementación de prácticas como el uso de sistemas de producción ajustada (lean manufacturing), la adopción de tecnologías de automatización y la optimización de los procesos de reabastecimiento y distribución pueden ayudar a reducir el impacto del efecto látigo.


¿Cómo evolucionará el efecto látigo en el futuro?

Hay diversos estudios que han querido disponer la evolución que va a tener este efecto en el futuro, los cuales han llegado a las conclusiones que mostramos a continuación:

  • El efecto látigo se produce tanto por comportamientos racionales como irracionales.
  • Las predicciones serán más exactas, debido a tiempos de entrega más cortos, así como pedidos pequeños que van a contribuir a reducir este efecto durante este 2019 en adelante.
  • Puede que se vea eliminado o reducido en determinadas situaciones.
  • Se verán beneficiados diversos aspectos relacionados tanto con la cadena de suministro, como con las decisiones generales o la nitidez de la información.

Por tanto, en cuanto a su evolución en el futuro, es probable que el efecto látigo siga siendo un problema importante en la gestión de la cadena de suministro, especialmente a medida que las empresas busquen formas de adaptarse a los cambios en las demandas del mercado y en los patrones de consumo.

Sin embargo, con el avance de la tecnología y las herramientas de análisis de datos, las empresas pueden ser capaces de predecir con mayor precisión las demandas futuras y ajustar sus operaciones en consecuencia. La inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la analítica predictiva pueden ser herramientas útiles para reducir el efecto látigo en la cadena de suministro.

Además, las empresas también pueden trabajar en estrecha colaboración con sus socios de la cadena de suministro, compartiendo información en tiempo real sobre la demanda, la producción y la disponibilidad de inventario para minimizar el efecto látigo. Al mejorar la comunicación y la colaboración, las empresas pueden reducir la incertidumbre y mejorar la eficiencia de la cadena de suministro en su conjunto.

En resumen, el efecto látigo es un problema complejo en la gestión de la cadena de suministro que puede ser difícil de eliminar por completo. Sin embargo, las empresas pueden tomar medidas para minimizar su impacto, utilizando tecnologías y herramientas de análisis de datos, así como trabajando en estrecha colaboración con sus socios de la cadena de suministro.



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